Columnas

¿Donde quedó la libertad?

Buen fin de semana estimados lectores, en una gran variedad de ocasiones, distintas asociaciones civiles de han pronunciado en diversos medios con campañas para promover una cultura de prudencia y de no excederse en diversas áreas, ya sea por el exceso de velocidad, por fumar, beber, drogas etc. Difundiendo un discurso de “consumo consciente” y en el cine ¿existe este tipo de cultura?

Actualmente la oferta fílmica de acuerdo a los productos comerciales que llegan a los cines comerciales, a las plataformas de streaming y en formato físico es muy variada, podemos encontrarnos con espacios de especialización que presentan cine de autor como la “Sala de Arte” de Cinépolis y que tiene en Mérida su sede en Altabrisa y también con las salas tradicionales que van desde los estrenos más importantes de la industria y hasta estrenos menores que normalmente no tienen mucho impacto con el público.

Específicamente dentro de este último rubro podemos encontrarnos producciones que gracias a una oportunidad de una distribuidora, llegan a nuestros cines y que podemos disfrutarlas, sin embargo, estas producciones no brillan por su apartado estético e incluso narrativo, haciendo que los espectadores cataloguen algunas películas como “palomeras” o “malas películas” pero ¿en qué momento el consumo consciente de películas entra en vigor?

Podemos consumir regularmente películas de baja calidad, pero no por eso nos reflejamos en lo que consumimos, la predisposición cultural de la gente cataloga a que si alguien consume y disfruta regularmente estas películas de “dudosa calidad cinematográfica” es que conlleva a una apreciación menor del séptimo arte, pero realmente tendríamos que ponernos a pensar es que ¿qué escala real existe sobre el arte y la apreciación?

Cada individuo mantiene de acuerdo a su historia de vida y de experiencias una escala de valores y de apreciación estética, convirtiendo al disfrute cinematográfico en algo verdaderamente subjetivo, que brinda al espectador la libertad de poder elegir que tipo de contenido consumirá, disfrutará y valorará correspondientemente, con estas afirmaciones no desvalorizo y coloco fuera de lugar la correcta cultura cinematográfica, pero al momento de juzgar la decisión personal de consumo ¿en dónde queda la libertad?

About the author

Juan Esteban Méndez

Es licenciado en Comunicación con pre-especialidad en producción y dirección cinematográficas por la Universidad Anáhuac Mayab, y maestro en Arte Cinematográfica por El Centro de Cultura Casa Lamm, desde el 2012 es director general del grupo Kinécarus que se dedica a la difusión y apreciación cinematográfica y cultura pop generando eventos especiales en Mérida para los estrenos de distribuidoras como Universal, Disney, Warner Bros entre otras, en 2015 es seleccionado a nivel nacional para representar a Yucatán como parte del Primer Foro Jóvenes talentos del Festival de Coproducción Audiovisual Latinoamericano en la Ciudad de México, es profesor universitario productor de videos, fotografía y podcast en su casa productora llamada Azul Cincuenta y Dos, es investigador de la cultura popular y se especializa en la vinculación emocional transgeneracional, especialmente en el área de superhéroes, cultura japonesa, geek y el nuevo hollywood.