Críticas

Han Solo: Una historia de ¿Star Wars?

 

Nota para el lector: debido al análisis más profundo de personajes, intenciones e inclusive referencias a Star Wars tiene que hacerse para una correcta apreciación del largometraje, la primera parte será sin revelar detalles del trama y la segunda parte -más extensa- contendrá detalles importantes de Han Solo: Una historia de Star Wars. 

 

A estas alturas del viaje es difícil que un seguidor de la saga no tenga conocimiento que la producción de Solo fue un completo caos: el despido de sus directores originales Chris Lord y Phil Lord, el coach de actuación para la dudosa interpretación de su protagonista Alden Ehrenreich y la llegada estrepitosa del respetable director Ron Howard, de que a quien le debemos las gracias por no permitir que Solo se convierta en el Suicide Squad de Star Wars. 

Esta génesis de Han Solo presenta un híbrido de géneros, por momentos es una aventura fantástica que se transforma en western y que definitivamente no entra en la categoría de ciencia ficción de manera correcta, el primer pecado que presenta la película es el público al que está dirigido: tiene toques que los fans más arraigados apreciarán, pero que los que disfrutan de Star Wars como una moda pasajera momentos clave de este fan service desmedido -y del cual hablaré más avanzada la lectura- no serán aprovechados en su totalidad convirtiéndola para el espectador promedio en la película que sin las referencias evidentes es la menos Star Wars de la saga de Star Wars, con respecto a la dirección no podemos dar una conclusión certera, tras el parchado que realizó Ron Howard tras el despido de sus antecesores se siente su toque final, con la tensión y ritmo de dirección que lo caracteriza, pero que desgraciadamente con raíces que no son suyas, el terminó de decorar el pastel que otros empezaron a cocinar (y no pusieron atención a los ingredientes) 

A nivel estético la fotografía, iluminación y edición cumplen su cometido, de la misma manera el diseño de producción y de arte que aún luchan con mantenerse en el estilo de Star Wars y sin atreverse a algo nuevo, que tampoco es necesario, pero que se agradecería un cambio de marea, la música de John Powell logra mantener la atención de la película en un ambiente emocionante y placentero, en especial con la participación especial del maestro John Williams con el tema de Han Solo creado para este largometraje, que inclusive se toma las libertades de parecer por momentos una versión de Indiana Jones de una galaxia muy muy lejana y para los fans del compositor es una gran sonrisa que no puede borrarse.

Esta dirección mixta se replica en los actores, comenzando con nuestro protagonista Alden Ehrenreich, quien hace todo lo humana y galácticamente posible por llenar los zapatos del mítico Harrison Ford y que logra nada más ponerse uno de ambos, por momentos empieza a crear un personaje autóctono que justifica su presencia y pero en gran parte de la película su actuación y motivos son fácilmente quebrados por el elenco secundario que ayuda a salvar la película con sus participaciones, Woody Harrelson, Donald Glover y Joonas Suotamo en el papel de Chewie sostienen en gran parte los estrepitosos pasos de este cazarrecompenzas amateur, mención aparte para el casi inexistente elenco femenino que encabeza Emilia Clarke la cual con su capacidad actoral mantiene al personaje de Han en el camino correcto de la historia, de la misma manera con el androide L3-37 interpretada por Phoebe Waller-Bridge que replica lo mismo que vimos en Rogue One en donde un droide se roba la película, sobre el elenco femenino tristemente durante la película, se revela un espíritu machista en esta nueva entrega de Han Solo, tema el cual se desarrollará en el apartado de spoilers.

En resumidas cuentas se siente como todos los personajes secundarios tomaron de la manita a Ehrenreich para lograr su cometido como personaje y no al revés, como normalmente sucedería en una película donde el título lleva tu nombre.

Han Solo llega en una etapa de incertidumbre, en dónde el jugo de la gran naranja llamada Star Wars está siendo exprimida sin medida por Disney y ante tantos acercamientos a la historia creada por George Lucas, entre series, novelas, cómics y demás en la era post-compra ¿realmente necesitábamos que nos contaran los orígenes del mercenario más importante de la galaxia? 

La división es evidente y clara según que tipo de fan seas: Por un lado agradeces ver más de tu saga favorita sin cuestionar nada y por otro lado hubieras preferido mantener entre misterio el origen de uno de los personajes más icónicos de la saga.

¿En que momento le dimos preferencia a la cantidad sobre la calidad?  ¿En que instante el gusto se transformó en una gula desmedida? tal vez es momento de ponernos a pensar ese aspecto, no solamente como fans, si no como consumidores de este tipo de historias.

La crítica a partir de este punto tiene Spoilers, si no has visto la película te invito a dejar de leer.

Empecemos esta zona de spoilers con el final de la película: express, sin intención de concluir una historia y hasta atreviéndose a vendernos una posible secuela que muy probablemente no sea necesaria para la historia de Star Wars -pero si para los bolsillos de Lucas Films– ¿era mucho pedir una escena final de Han llegando a los aposentos de Jabba el Hutt? cómo diría Deadpool:

Uno de los elementos más negativos con pudo contar esta película es el mantener la atención de los fans con el ya prostituido elemento del fan service, que aporta significativamente el interés en la película con elementos cardiacos para los fans como la mención del caza recompensas Bossk cómo una opción del equipo de Tobías Beckett y de tener el conocimiento que este último fue el responsable de asesinar a Aurra Sing quien junto con Bossk han tenido participaciones en muchos momentos de la serie e inclusive de alguna película de la saga, pero ¿por qué es un aspecto negativo? la respuesta es sencilla: al meter estos pequeños guiños que parecieran ser insignificativos para la trama, funcionan como una pequeña carnada para los fans, esperando al siguiente campo o mención que nos presenten y alejando la verdadera esencia de la película que para términos sencillos no se justifica por si misma como una película de orígenes de un personaje – y más de uno tan icónico como Solo- y que hace uso de estos elementos en momentos claves de la película para sobrellevar el posible tedio de sus espectadores, no como un complemento, si no cómo un elemento para   apantallar.

Y hablando de cameos no podría faltar el mencionar la presencia de Maul, haciendo de su aparición el momento que más dejó en shock a la audiencia, pero tristemente confirma al ser la última carta del fan service en el largometraje que su presencia es absolutamente innecesaria: ¿para qué queremos ver el regreso de Maul si ya hace un año -spoiler- supimos su destino en la serie de Rebels? No nos deja muchos años para ver la evolución del mismo, sabemos su destino, conocemos que se encontrará con otros personajes ¿es necesario vincularlo con el personaje de Qi’ra en un encuentro que probablemente nunca veremos en la pantalla grande? Se agradece su presencia en el largometraje y al momento es algo que saca una sonrisa, pero cuando se calman las aguas te preguntas ¿era realmente necesario? 

Hablemos de Chewbacca y Han, su relación y química en la película es apenas permisible, mata por completo el origen revelado antes de la compra de Star Wars por Disney en dónde Chewie le da una deuda de vida a Han por haberlo salvado, ahora son presentados como un par de fugitivos que necesitan escapar, sin alguna motivación aparente para fortalecer su amistad, más allá que el ser caza recompensas y dónde la búsqueda de Chewie por su tribu queda al aire y dejando a deber la finalización de la misma y como poco a poco este vínculo llega a la leyenda que lo que este dúo lo es para la franquicia, no se siente cómo si faltaran 10 años antes de Episodio IV, Chewie es el que mejora sustancialmente su profundización, se le nota más dentro de la linea arquetípica de su personaje, Han… simplemente no es Han, su identificación con el personaje es casi como el origen que tuvo su apellido: espontáneo y sin una pizca de profundidad, no tenemos al Han Solo picarón, prepotente y carismático, todos estos elementos los absorbió Lando y vaya que los supo explotar, en fin, el fandom podría salir a defender la interpretación como un “aún está iniciando como personaje” pero para justificaciones realmente válidas, sin vinculación emocional sanguínea (cosa que muchos fans desgraciadamente tienen) y para la etapa en la cual está presentada la película, arruinó por completo la esencia del personaje, debiendo ahora a la audiencia y al personaje llenar ese hueco argumental para ver el crecimiento del verdadero Han y seamos realistas, Harrison Ford es Han Solo y Han Solo es Harrison Ford, jugaron con fuego y se quemaron…

Ahora vamos con un elemento que impresiona en el mismo largometraje y que es más lamentable que la fallida interpretación de Alden Ehrenreich: el tratamiento a los personajes femeninos, empezamos con Val interpretada por Thandie Newton quien después de presentar una química y arco romántico con Tobías Beckett más creíble que el de Han y Qi’ra, fallece en un sacrificio sacado de la manga e injustificado a pocos minutos después de su inclusión en el film y cuya muerte no repercute en su pareja Tobías Beckett, dejando en incógnita si la profundización de su relación realmente era significativa para el mentor de Han o si simplemente no le importaba nadie (inclusive su pareja) luego llega el magnífico personaje de L3-37 quien sobresalta por ser la personalidad más marcada vista en un droide en Star Wars, con aires “feministas” dentro de lo que cabe y de liberación para su condición de droide, pero que por querer destacar y ser un personaje memorable, es eliminada poco después y sin ninguna relevancia para la historia y sólo dejando el discurso negativo de las consecuencias de resaltar y de ser un agente de cambio ¿realmente este discurso queremos mostrar para un personaje así que tenía tanto potencial? tampoco Qi’ra se queda atrás, quien es sumisa tanto al villano principal cómo al personaje de Han Solo, visión equivocada de cómo la presentaban tanto en el material promocional y en la psicología del personaje femenino de Star Wars, La princesa Leia rompía esquemas, de la misma manera Jyn Erso, es lamentable que Qi’ra sea una herramienta más para la satisfacción de la historia y que funcione como un títere femenino que cae más como objeto que como mujer.

A pesar de todo esto Han Solo: Una Historia de Star Wars no es una mala película, tendrá muchos elementos negativos, pero también momentos memorables como la secuencia de la nebulosa, que gracias a la dirección de Ron Howard, nos brindó una montaña rusa de emoción verdaderamente starwariana, como comentaba al inicio de la lectura, el director es el responsable directo que la película lograra lo que logró y que despejó el punto débil que está teniendo la franquicia y que igual pecan muchas otras sagas de la industria cinematográfica el querer vender más producto, de una manera más rápida que centrarse en darnos algo de calidad, esta película deja en incógnita no solamente el panorama moderno del cine hollywoodense, si no el panorama real de que es lo que está pasando con la saga creada por George Lucas, que en manos de Walt Disney Pictures nos hace cruzar los dedos ante todo lo que podrá venir en un futuro ¿se avecina una época oscura para Star Wars?

About the author

Juan Esteban Méndez

Es licenciado en Comunicación con pre-especialidad en producción y dirección cinematográficas por la Universidad Anáhuac Mayab, y maestro en Arte Cinematográfica por El Centro de Cultura Casa Lamm, desde el 2012 es director general del grupo Kinécarus que se dedica a la difusión y apreciación cinematográfica y cultura pop generando eventos especiales en Mérida para los estrenos de distribuidoras como Universal, Disney, Warner Bros entre otras, en 2015 es seleccionado a nivel nacional para representar a Yucatán como parte del Primer Foro Jóvenes talentos del Festival de Coproducción Audiovisual Latinoamericano en la Ciudad de México, es profesor universitario productor de videos, fotografía y podcast en su casa productora llamada Azul Cincuenta y Dos, es investigador de la cultura popular y se especializa en la vinculación emocional transgeneracional, especialmente en el área de superhéroes, cultura japonesa, geek y el nuevo hollywood.